En el parque de Birdland en Gloucestershire, vive una pingüina rey llamada Maggie, la cual durante su estancia en el recinto se había acercado a diversos pingüinos machos, pero a pesar de las interacciones nunca logró poner huevos. Pero para sorpresa de todos, hace poco se dio a conocer que Maggie no es hembra, sino que es un macho gay.
Muchos trabajadores del parque empezaron a dudar del género de Maggie cuando empezó una relación con el pingüino rey llamado Frank, pero a pesar del amor, Maggie no lograba dar crías. Por esta razón, los investigadores decidieron enviar las plumas de la “pingüina” para que fueran analizadas en una prueba de ADN. Los resultados arrojaron la noticia de que Maggie era un pingüino macho, por lo que los trabajadores del lugar decidieron cambiar su nombre y rebautizarlo como Magnus.
Dentro del reino animal es común que existan conductas homosexuales, de hecho, además de los pingüinos, los leones, los delfines, las abejas, los bonobos y las ranas, son solo algunos de los animales que también pueden ser gais.
La historia de Magnus es el ejemplo perfecto de la diversidad sexual que existe dentro de los seres vivos, mostrándose como algo natural e instintivo.
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Fuente: GCN