Desde hace decenas de años, las personas de la comunidad LGBTQ+ han sido victimas de discriminación, violencia y abusos, pero una de las practicas que más han afectado a los miembros del colectivo son las llamadas “terapias de conversión”.
¿En qué consisten las terapias de conversión?
Las terapias de conversión son unas prácticas pseudocientíficas que intentan cambiar la orientación sexual de una persona de gay, lesbiana o bisexual a heterosexual. Aunque la evidencia científica demuestra la ineficacia y los daños que esta “terapia” puede causar, sigue siendo una práctica que se mantiene vigente en muchas partes del mundo.
Las terapias de conversión pueden adoptar diversas formas, que van desde el asesoramiento psicológico y la hipnosis, hasta métodos más extremos y peligrosos como la agresión con descargas eléctricas y los abusos físicos o emocionales. A pesar de las distintas formas en las que la terapia de conversión se puede presentar, los estudios indican que es una práctica ineficiente y sin fundamentos.
Consecuencias de la terapia de conversión
Los principales efectos negativos que produce la terapia de conversión en las personas de la comunidad LGBTQ+ son:
- Depresión
- Ansiedad
- Baja autoestima
- Pensamientos suicidas
- Daño psicológico a largo plazo
- Entre otras
Las terapias de conversión representan una grave violación de los derechos humanos, y a pesar de que en varios lugares del mundo sea una práctica que continua presente, se ha ido erradicando durante el paso de los años. En la actualidad, existen muchos movimientos y activistas que se encargan de educar al público y apoyar a las víctimas de esta práctica, todo con la intención de proteger a los miembros de la comunidad LGBTQ+.