Cada año, Zacatecas, México, se convierte en el escenario de una reunión única: los vaqueros gay se congregan para un fin de semana de autenticidad y celebración.
Hombres de todas partes de México y Estados Unidos se dan cita, ataviados con botas relucientes, pantalones ceñidos y sombreros de ala ancha. El tequila fluye, la cerveza se comparte y la pista de baile se llena con el ritmo de la banda en vivo.
Conectar con México
La música pop queda excluida de esta festividad.
En su lugar, el sonido de las bandas en vivo permea el ambiente, músicos vestidos a juego interpretan cumbias y éxitos norteños mientras un mar de sombreros Stetsons da vida a la pista de baile.
Este encuentro se ha convertido en un refugio para la comunidad gay que busca no solo conectar entre sí, sino también con su propia identidad mexicana. Se celebra la diversidad en un contexto arraigado en las tradiciones del campo mexicano.
Aunque la reunión atrae a auténticos vaqueros, hombres curtidos por largas jornadas de trabajo en cosechas y ganado, también congrega a contadores, abogados y otros profesionales urbanos que se permiten expresarse al menos por unas horas, a pocos o muchos kilómetros de sus hogares, según reseña Los Angeles Times.
Para muchos de ellos, vestirse a la usanza vaquera no solo es una preferencia, sino también una forma de conectar con el pasado rural de México.
La convención vaquera se convierte así en un punto de encuentro para hombres que, aunque distanciados por una o dos generaciones del campo, comparten una profunda nostalgia.
Es una oportunidad para que los hombres gay reclamen un pedazo de la cultura mexicana, celebrando su identidad de una manera auténtica y arraigada en las tradiciones del país.
Un espacio de libertad
A pesar de los avances en los derechos de la comunidad LGBTQ+ en México, como la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todos los estados, la realidad persiste.
Según la organización sin ánimo de lucro Letra S, el año pasado 87 personas fueron víctimas de crímenes motivados por su identidad de género u orientación sexual.
En el contexto de Zacatecas, una ciudad pequeña y conservadora, donde proliferan las iglesias barrocas pero escasean los bares gay, muchos de los asistentes a este evento admiten que no se sienten cómodos mostrando muestras de afecto en público.
La homosexualidad sigue siendo, sin duda, un tema tabú en este lugar, lo que hace de esta reunión un espacio aún más valioso para la comunidad LGBTQ+.