El viaje angustioso de los centroamericanos hacia los Estados Unidos, en calidad irregular, presenta un riesgo mucho más acentuado para aquellos miembros de la comunidad LGBTQ+ que deben afrontar una brutalidad que emana de la violencia, el acoso y la discriminación basada en su identidad y expresión de género.
Esta realidad, corroborada por varios informes de organizaciones de derechos humanos internacionales y voceros de organismos centroamericanos, resalta una situación alarmante, según publicó el Inter Press Service (IPS) en su portal web.
Salma Ruiz, una activista transgénero de la Asociación Lambda en Ciudad de Guatemala, enfatiza que, aunque la violencia no excluye a mujeres o personas con discapacidades, la población LGBTQ+ se enfrenta a una vulnerabilidad y violencia más extrema.
En esta travesía, que principalmente se inicia en los tres países del llamado Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), y que tiene como destino final los Estados Unidos a través de México, la violencia puede llegar hasta la pérdida de vidas.
El Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGBTI en Guatemala, coordinado por Lambda, registró al menos 29 asesinatos de personas de la diversidad sexual en 2022 en América Central, evidenciando motivos relacionados con orientación sexual, identidad y expresión de género.
Aunque los niveles de violencia, marginalidad y pobreza son similares en Centroamérica, algunos miembros de la comunidad LGBTQ+ eligen emigrar a una de las tres naciones del Triángulo del Norte en búsqueda de un ambiente menos hostil.
No obstante, casos como el de una hondureña refugiada en Guatemala, asesinada hace poco más de un mes, subrayan la persistencia del peligro incluso para aquellos que han encontrado un refugio aparente.
El proceso de búsqueda de protección internacional no garantiza seguridad, como lo evidencia el caso de una guatemalteca asesinada mientras buscaba apoyo tras denunciar un crimen que cobró la vida de una amiga trans. Quince trabajadoras sexuales trans continúan en situación de alto riesgo, bajo la amenaza constante de la violencia.
América Central es, además, una de las regiones más conservadoras, donde la influencia de las iglesias católica y evangélica es determinante. La comunidad LGBTQ+ enfrenta no solo los problemas de pobreza y falta de oportunidades comunes, sino también la violencia y exclusión dirigida específicamente hacia ellos.
Ante esta persecución y violencia, muchas personas LGBTQ+ se ven obligadas a huir de sus hogares y solicitar asilo en Estados Unidos, como afirma un reporte de la organización Human Rights First publicado en agosto.
Alarmantemente, dos tercios de los migrantes LGBTQ+ provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras que solicitaron el estatus de refugiado reportaron haber sido víctimas de abuso sexual en México.
Estados Unidos, lejos de proveer un entorno seguro, sigue enviando a los solicitantes de asilo a la frontera sur en el norte de México, donde enfrentan una alta tasa de criminalidad.
Esta situación crea un escenario adverso y peligroso para quienes buscan resguardarse en busca de una vida mejor y libre de persecución.
