En un paso significativo hacia la igualdad, Bolivia ha modificado su reglamento que regula las uniones libres, permitiendo a parejas del mismo sexo formalizar su unión en las mismas condiciones que las parejas heterosexuales.
Esta transformación es el resultado de una modificación crucial en la redacción del reglamento, que anteriormente se enfocaba en las uniones de parejas de diferente sexo.
Ahora, se ha implementado una redacción más inclusiva y genérica, allanando el camino para el reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo.
Javier Hinojosa, Director Nacional del Servicio de Registro Cívico (Serecí), destacó que los servicios de la institución en todo el país deben operar dentro de este nuevo marco normativo. Esto garantiza que las solicitudes de unión entre parejas del mismo sexo sean atendidas sin ningún tipo de interpretación o complicación.
La modificación del Reglamento de Uniones Libres surgió a raíz de una sentencia emitida en 2022 por el Tribunal Constitucional, y ahora se integra al ordenamiento jurídico para permitir el registro de uniones de personas del mismo sexo con los mismos requisitos y plazos que las parejas heterosexuales.
Un histórico precedente: El caso de David y Guido
Esta decisión se basa en una sentencia constitucional de 2020 relacionada con el emblemático caso de David Aruquipa y Guido Montaño. Después de enfrentar varias negativas y apelaciones jurídicas, la pareja finalmente obtuvo el reconocimiento del Registro Cívico boliviano para su unión.
En 2018, al presentarse ante el Serecí, se encontraron con la negativa debido a la ausencia de normativa y procedimientos operativos para casos similares.
Tras años de lucha, en 2020, el Constitucional boliviano reconoció parcialmente la tutela de la pareja, anulando la resolución inicial del Serecí y marcando un hito en los derechos de la comunidad LGBTQ+ en Bolivia.
Este avance legal representa un importante paso hacia la inclusión y el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTQ+ en Bolivia. La modificación del reglamento no solo iguala las condiciones para la formalización de uniones, sino que también simboliza un compromiso hacia una sociedad más justa y equitativa, donde el amor y la unión son valores universales, independientemente de la orientación sexual o identidad de género.
Bolivia se une así a la lista de países que avanzan hacia una mayor igualdad y respeto para todos sus ciudadanos, sin importar su orientación sexual.