El pasado lunes 10 de noviembre el máximo tribunal de EE.UU. rechazó revisar un recurso que buscaba anular el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, legalmente garantizado desde el caso Obergefell vs Hodges en el año 2015.
La petición denegada fue propuesta por Kim Davis, exsecretaria del condado de Rowan, Kentucky, quien se negó en 2015 a expedir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo por motivos religiosos.
En su apelación, Davis pidió que el tribunal revisara el fallo Obergefell, lo cual fue rechazado en una orden sin firma ni exposición de motivos.
Según datos del Williams Institute de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), más de 600.000 parejas del mismo sexo han contraído matrimonio desde la legalización, generando así un impacto dentro de la comunidad LGBTQ+ en Estados Unidos.
Tras darse a conocer la noticia, organizaciones como Human Rights Campaign y Lambda Legal celebraron públicamente, valorando la decisión como un alivio para la igualdad matrimonial.
A pesar de que la Corte Suprema posea una mayoría conservadora, hecho que causaba preocupación dentro del colectivo LGBTQ+, el máximo tribunal desestimó el recurso y envió un mensaje claro, no revisará por ahora el precedente Obergefell.
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