El pasado domingo 10 de agosto, las autoridades marroquíes detuvieron a la activista y defensora de los derechos LGBTIQ+, Ibtissame “Betty” Lachgar, tras publicar en redes sociales una fotografía en la que porta una camiseta con la frase: “Alá es lesbiana”.
En Marruecos, este acto ha sido catalogado como un posible delito de blasfemia según la Fiscalía, por lo que la activista LGBTQ+ podría enfrentar una condena.
Las autoridades del país han iniciado una investigación en contra de Betty Lachgar haciendo uso del artículo 262 del Código Penal. En caso de que la Fiscalía considere que el mensaje compartido por la defensora LGBTIQ+ es una ofensa a los símbolos religiosos del país, esta última podría ser acarrear una pena de hasta cinco años de cárcel.
Lachgar, fundadora en 2009 del Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI), ha sido históricamente una voz disruptiva en defensa del feminismo laico, los derechos reproductivos, las libertades individuales y los derechos del colectivo LGBTQ+ en Marruecos.
En la nación africana, las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales, y los individuos que incumplan esta ley pueden ser condenados con hasta tres años de prisión.
En su publicación en redes, la activista señaló haber recibido “miles de insultos sexistas, amenazas de violación y de muerte, llamamientos al asesinato, a la lapidación, entre otros”, en un espacio ofensivo que, según ella, proviene “99% de hombres, orgullosos de sus violencias misóginas, basadas en un marco religioso”.
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